Consecuencia del paso del tiempo, la familia se redujo. Mi padre falleció en 2006, Perlita en 2008 y Greta en 2011. Calculo que sería en 2013 o 2014, cuando sólo teníamos a Valentina y a Ágata, que me hice aficionada al programa titulado “Mi gato endemoniado”.
A diferencia de César Millán, que enseña a los dueños a ser líderes y de los perros, seres obedientes, sumisos y adaptados, Jackson Galaxy, psicólogo conductual, entrena a los dueños de mininos para transformar y acondicionar los estímulos del entorno, considerando las necesidades de sus mascotas. A través de la modificación del ambiente en el que viven humanos y gatos se logra que los gatitos estén cómodos y, con ello,mejoren su comportamiento.
Jackson Galaxy es un individuo genial pues pone especial interés en el bienestar y comodidad de los gatos. Además, su aspecto es imponente, pues se trata de un individuo muy alto y corpulento, tatuado, lleva un arete en una oreja y, porlas noches, es rockero.
Me resulta difícil comprender cómo es que una misma persona pueda tener aficiones y dedicarse a actividades tan distintas.
En esos años, mis nietos se quedaban con nosotras los fines de semana. Para mí era una fiesta, pues salíamos a jugar en el patio, corríamos, cantábamos, los involucraba en la preparación de los alimentos, contábamos cuentos, adivinanzas, chistes, etc.
Ágata, que ya era añosa, era esquiva y se mostraba renuente a las caricias de Santiago y Darío.
Una noche, después de meditar un poco, pensé que sería bueno consultar a Jacson. Dije a los niños que intentaría ponerme en contacto con él para que nos orientase. Como la comunicación con el famoso Jackson fue imposible, llamé a su primo en México, el también reconocido Toño Galaxy y le solicité que diera recomendaciones a los niños para establecer una relación cordial con mi gatita.
Así se entabló un ciclo de llamadas a Toño, mi primo. Él, amablemente, dirigió la confección de juguetes para motivar un acercamiento entre mis nietecitos y Ágata. Los recuerdo atando estambre a una aguje de tejer para, al final, amarrar una pluma en el extremo; también hicieron dibujos que colgaban de hilos para mostrarlos y moverlos frente a la felina, además de cerrar sus ojos con lentitud para transmitirle su amor.
Los niños estaban muy motivados y hasta ahora, que son un par de adolescentes simpáticos, recuerdan con alegría las interacciones con Jackson Toño Galaxy.
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