HITCH, EL CALLEJERO CON CLASE

 

  

Alrededor de 1990 llegaron a la calle del fraccionamiento gran cantidad de perros sin dueño.  Todos ellos eran criollos y algunos con ascendencia predominante, así era uno de ellos, al que Emilio puso por nombre Hitch, mestizo con vestigios de Siberian husky.

   Como descendiente de  amantes de los perros, Emilio aprendió a quererlos y cuidarlos y ambos salíamos para ofrecerles alimento y, además, yo los bañaba con cierta frecuencia y estaba al pendiente de que estuviesen vacunados.

   El más elegante y serio de todos ellos era Hitch, que dormía sobre el toldo de un coche viejo y prefería no comer a aceptar alimento que no le agradara.  Era leal y cariñoso con los niños.

   En ese tiempo yo estudiaba en la Normal de Especialización; las clases comenzaban a las 7:00 y mi mamá me llevaba a la terminal del camión, en la colonia Romero Rubio; salíamos de la casa alrededor de las 5:30 de la mañana.  Bueno, pues Hitch nos acompañaba, perseguía el coche un gran trayecto, corría entre los autos que circulaban por la Avenida 608.  Mi mamá y yo nos quedábamos preocupadas y diariamente esperábamos que el perro pudiese regresar a su calle sin problemas.

   Hitch vivió varios años en nuestra calle, intentamos que viviese al interior de nuestro domicilio, pero el perro no lo aceptó, era feliz en libertad.  A mi hijo y a mí nos recordaba la canción “Callejero”, de Alberto Cortez, porque lo retrata fielmente, “era callejero por derecho propio”.

   Aproximadamente en 1993, llegó a la calle una perrita a la que todos llamaban “Pecas”.  Ella fue la causante de escenas sangrientas entre los machos que vivían en nuestra calle y para dar término al peligro inminente para perros y personas, los llevamos en un microbús al Centro Antirrábico. 

   Aunque intenté que Hitch no subiera al camión, el instinto ganó y siguió a Pecas hasta su destino final. 

   Por la tarde, Alfredo y mi mamá fueron a su rescate, pero ya era demasiado tarde.

   En lo personal, lamento haber participado en el translado de los perros.

   A Emilio qpd y a mí nos  provocaba nostalgia la canción de Alberto Cortez.