No, no es la cantante famosa; ese nombre se le dio en honor a la cantante,¡ sí! pero fue una perrita labrador con cruza con pastor alemán; considero que fue una combinación extraordinaria, con un porte hermoso. Era muy independiente, cariñosa, noble, protectora, obediente cuando quería pero si se revelaba un grito o seña firme y obedecía.
Tina, sin enseñarle cuando veía a
un perrito enfermo o alguna persona con capacidades diferentes su virtud
automáticamente era ayudar.
Cuando llego con nosotros, teníamos
un perito ya viejito que por proteger a su abuela se interpuso y a ambos les
cayó una parte del árbol colorín que estaba en la casa fantasmal. Por lo mismo
ya a su edad avanzada tenía problemas para caminar y algo de dolor, Tina cuando
lo veía inquieto o creo yo con dolor, lo que hacía era correr a la cama de Bean,
lo cubría con su cuerpo y Bean hacia una cara de relajamiento porque sentía el
calor de Tina o si por alguna razón no podía levantarse Tina con su hocico lo
empujaba para acomodarlo y era ese momento que se tranquilizaba y quedaba
satisfecho.
Cuando Tina conoció a una
chiquita con capacidades diferentes, la niña llego a la casa de visita; ella le
tenía mucho miedo a los perros; Tina entendió, pero era muy obstinada y le
llego su momento porque lo que quería era acercarse a la chiquita, cuando se
distrajo y sin sentirlo Tina estaba sentada a un lado de ella, muy pegada, fue
entonces que le dijimos que no tuviera miedo que solo quería protegerla, en ese
momento se animo a tocarle la cabeza a Tina, ella solo reía cada que la acariciaba,
ignoro que sentía pero le agradaba. Desde ese momento Tina le dio a entender
que los perros no son malos, por el contrario, después de esa situación tuvo
más confianza en poder tocar a los animales perrunos.
Tina también viajaba y le
encantaba el automóvil, cuando las ventanas del auto se encontraban abiertas,
aun con el tamaño que tenia se metía al coche y se sentaba en el asiento
trasero y solo miraba como diciendo a qué hora nos vamos! En ocasiones solo
movía el auto para meterlo de reversa y ella encantada, se bajaba
inmediatamente porque ya había tenido su viaje, muy corto pero se quedaba
satisfecha.
En una ocasión nos fuimos a
Colima, solo ella y yo para alcanzar a la familia que ya se encontraban en
Colima; cuando Tina veía que ya era un largo viaje se recostaba en el asiento
trasero; el viaje era largo 10 horas aproximadamente; llegando a Michoacán
había una desviación la cual tome mal, nos topamos con un retén de militares,
tengo la pésima costumbre de ponerme un paliacate en la cabeza, tipo Morelos
para que no me vuele el cabello sobre la cara; fue entonces que nos topamos con
los militares, nos cortaron hasta cartucho (quien sabe que se imaginaron o de
plano me vieron cara de maleante, verdad!)
el caso es que uno de ellos empezó a revisar el coche, pero no se le
hubiera ocurrido, porque Tina empezó a ladrar y era tal su fuerza que movía el
auto, solo me pare para preguntar si era el camino correcto, pero ya al ver que
solo era eso. El otro militar que revisaba el coche me dijo, trae a un buen
guardián y yo pues claro… y sino era así al menos imponía; cuando me dice uno
de los militares, le paro el tráfico para que regrese, automáticamente me dijo,
creo que no es necesario verdad y sin querer, porque nunca me sale rechinaron
las llantas al arrancarme.
Cuando llegábamos a las casetas
para pagar, solo en 4 de ellas, tina se levantaba de su asiento y espantaba a
los cobradores, al grado de que se les caía el dinero, obviamente tenía que bajarme del coche para tomar mi cambio, no
sé si les causaba miedo o simplemente imponía mi Tina hermosa y nunca se
enteraron de que era la perra más noble. Durante el camino teníamos que comer,
pero yo por no dejarla sola en el coche solo compre chatarra, cuando me comía
una papa y no le daba ponía su pata en mi hombro, como diciendo ¿y la mía? Pues
así todo lo que fuera de comida había que forzosamente que convidarle, también
comía, era como ¡lo que hace la mano hace la tras!
Llegando a Colima, no conocía la
casa, no distinguió a los restantes de la familia, ya después de varias veces
que la llamaron por su nombre, fue entonces cuando entro a la casa; después de
ese día era la dueña de ahí. Cuando la llevábamos al parque a dar la vuelta, le
encantaba bajarse a correr y jugar, pero una vez que se aburría, solita regresaba al automóvil para subirse, como hace
bastante calor y era una ciudad muy segura, se dejaban los vidrios abiertos y
es por donde ella se subía; cuando no la encontrábamos, íbamos directo al coche
y ya estaba dispuesta a irse a otro lugar porque la señorita ya se había aburrido
porque cansancio nunca tenía.
Nos fuimos a la playa, es una
playa que era prácticamente virgen, tranquila, donde se come muy rico y además en
los meses de abril y mayo se practica el surf, en esta playa puede subir las
olas hasta cinco metros; en fin una playa se llama Cuyutlán, en lo personal me
encanta esa playa.
Tina feliz corriendo sobre la
playa; cuando entre al mar, es algo que no le encantó, solo se quedaba en la orillita;
sin embargo al ver que no salía del mar pues se aventuró; después no la sacaba,
le gusto el golpeteo de las olas. Llegó la hora de comer y lo único que le podíamos
dar eran tostadas ceviche de pescado, pero cuando probó la delicia de los
camarones, pedía su camarón y salía corriendo a mojarse al mar y regresaba por
supuesto por su camarón. A un lado de nosotros, no tan cerca había tres adultos
y un bebé de aproximadamente un año y medio, sus familiares estaban demasiado distraídos,
al principio el bebé se acercó a nuestra mesa para acariciar a Tina por
supuesto los familiares con miedo y hasta recriminación recibimos que como era posible
que tuviéramos suelta a una perra tan grande, en fin. Más tarde sin que se dieran cuenta, el bebé se
fue directo al mar y ellos ni en cuenta, cuándo Tina salió corriendo hacia él;
lo primero fue ponerse enfrente del bebé, el chiquito la empujaba por supuesto
no la podía mover; le hable fuete a sus familiares y les dije vean dónde está
el bebé. Tina sin que se le enseñará, vio el peligro que corría, fueron por su
bebé y Tina regreso a su mesa muy orgullosa de lo que había hecho, salvar la
vida de un inocente.
Ya de regreso a México, paramos
en un restaurante de carnitas en Michoacán, tenían una terraza y preguntamos si podíamos
tener a Tina con nosotros, el mesero nos contestó, ¡claro que sí! Estábamos viendo
que pedir cuándo el mesero con venia
hacia nosotros con una charola levantada, pensamos que era nuestra bebida, pero
no fue así; nos dijo aquí le traigo a la princesa una chamorro para que lo
deleite cortesía de la casa; venia en un plato desechable que por supuesto era
muy pequeño para el chamorro y sí le encantó, además de que le llevaron una
cubeta con agua, ya que hacia bastante calor; al salir del lugar se regresó Tina para agradecer
con varios ladridos moviendo de lado a lado su cola de lo feliz que fue al
comer en ese lugar.
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