Hoy vienen a mi mente algunos recuerdos que no preciso los años.
Uno de ellos fue notable porque Alfredo, mi hermano mayor, se empeñó en no dormir y esperar la llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar. Al día siguiente, él estaba feliz pues afirmó que había visto cómo se introducía una especie de humo o neblina a través de la cerradura de la puerta o la ventana, no preciso el lugar.
Años después, con Emilio, mi hijo qpd. Resulta que a partir de los 4 años de edad, aproximadamente, cuando ya era independiente y muy curioso, siempre encontró los juguetes antes de que los reyes los colocaran en su lugar y nosotras, mi mamá y yo, le exponíamos diferentes hipótesis para explicarle la presencia de los muñecos, triciclo y otros objetos.
En fin, creo que la llegada de los Reyes Magos es un día muy especial para muchos niños que son favorecidos por el amor y las posibilidades de sus padres.
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