Es un privilegio vivir en una zona donde diariamente vienen a
visitarnos animalitos hermosos; a pesar de que vivimos en una ciudad donde
pocas veces podemos tener el gusto de poder convivir y observar a la
naturaleza.
Las visitas nocturnas, son de los
hermosos cacomixtles o cacomiztles y los Tlacuaches; aunque este último no es
precisamente bello, pero si son lindos, son tiernos.
Ambos pasan diariamente por la
barda de mi casa; el cacomixtle es rápido y muy curioso; al principio pasaban y
si les hablabas salían corriendo rápidamente; conforme se acostumbran a verte,
hasta se detienen a escuchar cuando les hablas y pueden estar un tiempo
considerable observando tus movimientos, sin embargo si ven que te mueves,
intentas acercarte a ellos, huyen. Los tlacuaches, son más lentos y también son
nocturnos, desafortunadamente esta especie ya quedan pocos, unos años atrás había
la pareja y sus bebes, sin embargo por ser tan lentos a la hora de cruzar una
calle los han atropellado y en este último año solo he visto a uno, que por
cierto ya no es tan frecuente.
Mis perras saben perfectamente la
hora cuándo empieza el recorrido de los cacomixtles, y en ese momento se ponen
en el pasillo y cada que los ven, empiezan las carreras, de las perras y los cacomixtles;
obviamente nunca los alcanzan. Y esta rutina es diariamente, excepto en día de
lluvia, ellos también se resguardan.
Hay ocasiones que me doy cuenta
que no tienen alimento o no lo encuentran porque esos días difíciles para
ellos, entran a mi casa a comer croquetas; sin embargo cuando hemos tenemos ollas
de comida en la estufa, destapan las ollas y han llegado a comer lo que tenemos
(aunque amablemente nos dejan un poco, lo cual quiere decir que nos son desconsiderados),
por ejemplo el arroz, galletas o algún
panque, pues también se deleitan con lo
que encuentran.
Una vez hubo una reunión y
alguien trajo un pastel, que honestamente es el pastel más feo que he probado
en mi vida; en esa ocasión los invitados lo vieron y no quisieron probarlo y la
verdad tirarlo, aunque estuviera feo, es desperdiciar la comida; entonces se me
ocurrió que debía ponerlo encima de la barda para que algún cacomixtle, tlacuache,
gatos, pájaros o ardillas. El pastel duro 4 días, se lo comieron, en el
transcurso de la mañana los pájaros y las ardillas; y ya en la noche los
cacomixtles y los tlacuaches.
Y desde ese momento, no se desperdicia
nada en esta casa, lo que ya no nos comemo, porque ya tiene tiempo o ya no se
puede comer, se los dejo en la barda y es la forma que también los alimentamos.
Aunque no nada más en esta casa
les ponemos alimento; resulta que en la azotea hacen su fiesta ya que dejan su tiradero;
fruta a medio comer, otras completas y los dejan o en el piso o las esconden entre
las hojas de las plantas. Hay algunos árboles frutales por la zona; pero me
queda claro que entran a las casa.
Y les gusta entrar mucho a mi
casa porque es tan fácil para ellos, ya que hay una puerta de acceso para
perros y por supuesto entran con mayor facilidad, así que en las noches no dejamos
nada de alimento, si entran tienen la probabilidad de que mis perras, aunque
sean rápidos los lleguen a atrapar y lo que queremos es cuidar a la naturaleza
con este tipo de especies que solo unos cuantos podemos todavía disfrutar. Por lo
que constantemente les dejamos alimento
en la barda para que tengan siempre algo que comer y nos sigan deleitando con
su visita nocturna.
Qué interesante bere querida y qué buena acción para mantener a la fauna que aún queda en la ciudad
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